miércoles, 22 de abril de 2020

Adiós a un Maestro



Por: Juan Pablo Gutiérrez-Alzate (@elmiquitojpg)
"Ahora que nos han dado el premio, sólo esperamos que nuestros amigos no se olviden de nosotros", decía Marcos Mundstock, en su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Nunca los olvidaremos, de eso estén seguros… Ni a Mazana, ni a Daniel, ni a usted Maestro Mundstock, ni a Les Luthiers todo, (incluso a Acher...), porque ustedes sin saberlo se convirtieron en propiedad común de toda Hispanoamérica.

Sus obras cargadas de erudición y agudeza, y que tenían además el maravilloso efecto de la risa, nos quedan como un legado de Cultura inconmensurable. Horas y horas de sus ocurrencias en LP's, casetes, VHS's, DVD's y en línea.
Nos quedan las pruebas irrefutables de su genialidad, de su sentido crítico, de sus de deseos de opinar sin ofender, o de ofender sin opinar… Y nos quedaremos con todo ello, como el tesoro que ustedes nos han legado (quisiera poner "negado", pero ustedes no son de esos), y que serán la garantía real de que la verdadera muerte no se posará nunca sobre integrante alguno de Les Luthiers, porque como dice el poeta: "La verdadera muerte es el olvido", y a eso ustedes nunca serán sometidos.
Qué nadie nos pida que no derramemos algunas lágrimas ("torrentes" tal vez) por su partida, y que nadie menos aún se atreva a criticar nuestras carcajadas cuando por enésima vez veamos cómo de guapos marineros, se transformaban en aquellas voluptuosas Majas, o cuando escuchábamos que ahí vienen los campesinos, a sus tareas agrarias, rutinarias, NECESARIAS... Ni mucho menos cuando, con cierta añoranza exacerbada por la Cuarentena, repasemos las lecciones de Epistemología.
A usted, Maestro Mundstock y a todo Les Luthiers, no nos queda más que decirles simplemente: Gracias.