viernes, 31 de diciembre de 2010

2011: El año de la Infraestructura

Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate - @elmiquitojpg


Quedan pocas horas para el final de este turbulento 2010. Elecciones y reelecciones, escándalos, muertes, guerras, descubrimientos, viajes, oportunidades, maremotos, terremotos, asilos, wikileaks, libros, trinos incendiarios, mineros, y en nuestro país, sobre todo el último mes, inundaciones.

Inundaciones que revelaron lo frágil que es Colombia en el campo de la infraestructura. Diques y barricadas tumbadas por los desbocados torrentes de agua, ciudades, cultivos, y en especial personas, con el agua hasta el cuello, pueblos desaparecidos, y una bomba humanitaria que ahora tiene a cerca de 2.5 millones de colombianos sin techo y con fervientes deseos que el 2011 sea un poco mejor.

Realmente la situación es dramática, sin embargo un consejo que recibí hace años me llena de optimismo, leí de B-P[1] “…esforcémonos siempre por ver el lado bueno que tiene todo…”, y esa frase siempre me alienta para seguir combatiendo incluso en la adversidad. Y como sabemos, ya se han empezado a ver las buenas cosas de esta terrible situación. La comunidad nacional e internacional se ha movilizado a favor de los damnificados, el gobierno ha actuado con agilidad y transparencia (impensables en gobiernos anteriores, por lo menos en los últimos dos períodos) y el clima ha puesto un poco de su parte para superar la situación. Muchas personas que antes no tenían nada ahora podrán ingresar a planes de vivienda subsidiados que serán una solución con dignidad al largo plazo.

Este es el momento de aprovecharse de las dificultades y convertirlas en oportunidades.

Si el gobierno que encabeza Juan Manuel Santos es serio (y hasta ahora ha demostrado serlo, muy a pesar de varios de sus Uribistas electores) puede aprovechar las particulares condiciones en las que quedó el país y transformarlo para bien.

Es el momento para actualizarnos. Nuestras vías no suplen las necesidades de transporte de cargas y pasajeros que un país con el potencial que tenemos necesita. Estamos urgidos de dobles calzadas, vías exclusivas para el transporte de cargas, carreteras decentes que unan capitales y municipios entre sí, vías amplias, transitables y seguras. Igualmente y con miras a evitar tragedias anunciadas, hay que mejorar nuestros ríos, rescatarlos de nosotros mismos, recuperarlos como vías de transporte, de turismo, de comercio, de ecología. Fortalecer y construir nuevos Puertos Multimodales, fortificar los diques y las talanqueras que mantienen los ríos en sus cursos y ser ecológicamente responsables (así como mínimamente inteligentes) y no convertir los ríos en vertederos de desechos. Igualmente las laderas de nuestras ciudades (Por ejemplo, Manizales hizo grandes esfuerzos para reforzar sus laderas y las consecuencias positivas se han visto).

El país puede salir fortalecido de esta dramática situación, se puede convertir en un país más competitivo, más seguro, más transitable, más cercano, que habrá convertido la peor tragedia natural, y una bomba humanitaria, en una oportunidad para ser mejor.

Ojalá así sea, es uno de mis deseos para 2011.           


[1] Baden-Powell, fundador del Movimiento Scout