Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate - @elmiquitojpg
No se equivocaba Juan Manuel Santos al acusar a una facción de la Derecha, que denominó la “Mano Negra”, de interponerse en el logro de una paz perenne en nuestro país. Aunque él no dijo abiertamente a quién se refería, todos sabemos que la “Mano Negra” está acompañada de “carnitas y huesitos”.
El grupo de monigotes áulicos de Mano-Negra, y de los que en Manizales contamos con dilectos representantes, son una fracción de la sociedad colombiana, que pareciera vivir en otro país. Existe solución de continuidad en la imagen que este grupúsculo tiene de Colombia y en la que tenemos muchos otros hijos de esta Patria. Y no es solo su visión frente al país, sino también sus intereses por él.
Por muchos años estuve seguro de que todos los colombianos queríamos la paz, sobre todo muchos discursos me convencían de ello, pero fueron los hechos los que finalmente me disuadieron, y me llevaron a concluir que, muy a nuestro pesar, una franja no lo suficientemente estrecha no quiere que Colombia alcance la paz. Sus oscuros intereses son tan nefastos, que han logrado separar su suerte de la suerte del país, y consiguen que así al país le vaya mal, a ellos les va bastante bien, incluso se podría afirmar que mejor les va mientras más mal le va a Colombia.
Inaceptable desde todo punto de vista, pero soportable, que es la condición a la cual nos vemos sometidos, en muchos casos, para salvar la vida.
Sus medios son ominosos, y a veces, no puede uno ya aguantarlos más. Eso está ocurriendo en este caso, y la verdad no me aguanto más. Gracias a Dios mi blog no tiene la penetración suficiente como para que esto llegue a los oídos de aquellos que usan el plomo como argumento. Y tal vez por eso, envalentonado en el anonimato que tengo, es que levanto mi voz contra estas personas, que a su vez lo han hecho en contra de una de las pocas y verdaderas acciones de paz que han incidido en la cura del cáncer de la violencia, haciendo mucho más que paños de agua tibia para aliviar la fiebre.
El Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM), es la respuesta de la Compañía de Jesús, Orden de la Iglesia Católica Romana, a la grave problemática causada por la violencia endémica de esa región de nuestro país.
Es una acción que hace Eco al llamado de la Congregación General de los Padres Jesuitas que invitó a los hijos de Ignacio a dirigirse a las fronteras, siendo ésta una frontera de odio, de miseria, y sobre todo de olvido, en especial, por parte del Estado.
Ese programa, distinguido y apoyado por muchísimas instituciones a nivel mundial, gira en torno a seis componentes:
1. Construcción de nación.
2. Paz y convivencia.
3. Ciudadanía e instituciones.
4. Desarrollo económico humano y justo.
5. Identidad cultural regional y
6. Medio ambiente.
Sobre estos componentes se ha desarrollado una gran cantidad de iniciativas y acciones puntuales que buscan materializar los Derechos, siempre violentados, de los habitantes de esa región.
Una de las acciones, es el reclamo de estos Derechos por la vía administrativa y judicial, para reconocerse como víctimas de este conflicto, que como vimos, muchos no quieren que termine. En esta acción el PDPMM contó con el apoyo del Consultorio Jurídico de la Pontificia Universidad Javeriana, obra también de la Compañía de Jesús.
El PDPMM está levanto con las uñas y sobre los hombros de un gigante, a pesar de ser de corta estatura. El gestor y hasta hace muy poco Gerente del Proyecto fue el Padre Francisco José de Roux SJ, quien es hoy el Provincial (Superior) de todos los Jesuitas de Colombia. Un hombre muy sencillo, que conozco personalmente, de vos suave pero muy firme, ortodoxo y comprometido, que nunca había ostentado autoridad alguna en la Compañía, salvo la dignidad que rodea su persona y su jefatura de esta obra que este año lo hizo merecedor a una distinción como promotor de la paz y la reconciliación de nuestro país.
Han venido a decir los áulicos, que el PDPMM ha favorecido la existencia de Falsas Víctimas que buscan aprovecharse de las indemnizaciones y sentencias a su favor. Pero como dice su decano “Falso de toda Falsedad”, nada más lejos de toda la verdad, y realmente entristece que personas que sabemos que no hacen parte de esa pérfida cofradía, como la señora Fiscal General de la Nación, hagan eco de estas acusaciones que sólo buscan torpedear esta, que es una de las pocas alternativas serias de búsqueda de la paz en esa región de nuestro país.
La “Mano-Negra” de la Ultra-Derecha se cierne nuevamente sobre nuestro país, como prueba del síndrome que padece de ausencia de poder.
Y como a la Mala Fe debemos pagar con Buena Fe, a estos y los demás embates hemos de responder,
En todo, Amar y Servir