Sus
manchas, son orgullo del Leopardo.
Sus
cuernos, son del búfalo el honor.
¡Sé
limpio!, pues la fuerza del caza,
se
juzga, de la piel, por el color.
Si
ocurre que un toro te voltea,
o
recibes del Sambur una cornada,
no
dejes el trabajo por contarlo,
es
cosa que tenemos ya olvidada.
Del
pequeño y débil nunca abuces,
mas como hermano has de tratarle
puede,
que aunque pequeño y torpe,
tal
vez a una Osa, tenga por madre.
¡Nadie
como yo! – Dice el cachorro,
Apenas
caza su primera pieza.
Pero
él pequeño, y grande la Selva
Ten
paciencia, pues hasta ahora empieza.
De las máximas de Baloo, El libro de las
Tierras Vírgenes, Rudyard Kipling.
Alguna vez fui niño y corrí feliz en el Valle del
Seeone, con mis amigos y hermanos de manada Tachiguies. Y crecí, y caminé y
canté y acampé y viajé con mi Patrulla Tigres y mi Patrulla Osos de la Tropa
Turzagas, después me hice grande, y busqué servir en el Clan de los que nos
llamábamos Tibayes, acompañado por otros hombres, que como yo, también habían
corrido felices en nuestra Manada, caminado, cantado, acampado y viajado con
nuestra Tropa, y otros que se nos unieron con el tiempo, y junto a ellos, paso
a paso, vencimos los escollos, aprendimos a remar nuestras propias canoas,
vivimos esa Aventura hacia la Edad Adulta que nos transformó en Seres de Honor,
Liderazgo, Compromiso y Valía, y después quise acompañar a los que en esa época
les correspondía correr felices en el Valle del Seeone, y luego también a los
que caminaban, cantaban y viajaban, hasta ese entonces sólo fueron alegrías,
kilómetros recorridos, nudos anudados, esperanzas construidas.
Una vez vino la oscuridad, tan oscura que creímos
que se agotaba la esperanza, pero vimos también que junto a ellos, los 11 que
dieron su vida en La Gruta, el amor que nos unía era más fuerte que la
adversidad, el propósito común de Construir un Mundo Mejor seguía incólume y
ahora teníamos 11 fieles intercesores para hacer real éste propósito.
Vino la Luz, la Esperanza refundada en el crisol de
la tragedia, que comprendimos, era un medio para adelantar la partida de
aquellos que ya no nos acompañan. Y de esta Esperanza renovada resurgió el
Grupo IV Pirsas, el Grupo de mi Corazón, y con voz estridente dijimos ¡EL GRUPO IV VIVE!
Y fue en él, en ese Grupo IV Vivo desde 1944, en el
que aprendimos a jugar y a cantar, a reír y a llorar, a servir y a entregar, a
dar y a actuar, aunque muchas veces hallamos fallado en la tarea asumida, donde
comprendimos que la felicidad está en hacer a otros felices, y que el que pueda
servir debe hacerlo donde sea que esté, porque entendimos que el Movimiento
Scout todo, del que los Pirsas SOMOS
grandes estandartes, merece continuar con su labor de Educar para La Vida.
De estos 70 años que hoy se celebran, pasé casi 17
dentro del Grupo, desde que tenía apenas nueve años, hasta que ya era un
hombre, un profesional.
Muchas veces nos preguntábamos si somos como somos
porque somos Scouts o somos Scouts porque somos como somos, la pregunta sigue
aun sin responderse, sin embargo, es evidente que, sin no fuéramos Scouts,
Pirsas, no seríamos lo que hoy somos, porque la experiencia vivida en el Grupo,
lo alegre y lo amargo, hacen parte esencial de la vida.
Quiero, con estas palabras, augurar 70 años más de
correrías felices, largas caminatas, alegres canciones, fuertes campamentos y
encantadores viajes, servicios que transformen a la sociedad y formación para
que los miles que vienen, tal como los miles que ya hemos pasado, reciban
también estos regalos, que además, recibimos de manera gratuita.
¡Qué la Santísima Virgen, con su manto Blanco,
Verde y Azul, como nuestra Pañoleta, interceda para que el Grupo IV siga vivo
por décadas más, para que sea cuna de Fe, Esperanza y Amor, para que en él,
muchos hombres y mujeres más, así ya sean grandes y no estén en nuestras filas,
sean felices y ayuden también a otros a serlo!
¡Qué así sea!
¡FELIZ
70 ANIVERSARIO A MI GRUPO IV PIRSAS!
Con afecto de hermano,
Sc.
Juan Pablo Gutiérrez Alzate, IM
Tigre con Alma de Oso
¡Siempre Listo Para Servir!