martes, 18 de diciembre de 2012

¡Ojalá se acabe el Mundo!

Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate - @elmiquitojpg


Las especulaciones crecen a medida que se acerca la Hora Cero del supuesto Fin del Mundo anunciado por el final del Calendario Maya. Yo quiere unirme a esas especulaciones y es así como manifiesto mi clamor: ¡Ojalá se acabe el mundo!

¡Ojalá se acabe el mundo del odio, y nazca entre los hombre más que la tolerancia, el respeto, y sobre él, el amor!

¡Ojalá se acabe el mundo de la ignorancia, y el conocimiento nos lleve a ser mejores!

¡Ojalá se acabe el mundo de la miseria, y sea realidad la dignidad!

¡Ojalá se acabe el mundo del egoísmo, y trabajemos juntos por el bienestar general!

¡Ojalá se acabe el mundo de la corrupción, y reine entre nosotros la transparencia y el respeto por lo de todos!

¡Ojalá se acabe el mundo de la explotación del hombre por el hombre, e impere de una vez y por todas, la fraternidad en la humanidad!

¡Ojalá se acabe el mundo del hambre, y podamos todos satisfacer sin excesos nuestras necesidades!

¡Ojalá se acabe el mundo de la desconfianza, y sea la Esperanza el motor para el mañana!

¡Ojalá se acabe el mundo del miedo, y con él se acaben el desprecio, el rechazo, la maldad, y crezca en el corazón de los hombres la solidaridad, la comprensión y el servicio!

¡Ojalá se acabe este mundo, y surja de él uno nuevo y mejor! 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Al César lo que es de Alejandro


Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate - @elmiquitojpg


En principio, concebí toda la situación de la muy probable reelección del Procurador, Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado, como un asunto de flagrante violación a la Libertad Religiosa a que, como ciudadano, tiene derecho. Me sentí ofendido por esto, al percibir esta discriminación, entre otras, porque comparto con el Procurador ciertas posiciones sobre las cuales han recaído la mayor cantidad de críticas a su gestión.

Con el Procurador me une el rechazo al Aborto como Derecho, al que considero, apartándome de la Doctrina Constitucional, más bien una atrocidad de proporciones inenarrables. Compartimos, en términos generales, el mismo credo, con la salvedad de que él milita en una disidencia, que desconoce el Magisterio oriundo y posterior al Concilio Vaticano II, y que entre sus fieles tiene quienes rechazan o minimizan el Holocausto Judío[1], y que hoy se encuentra separada oficialmente del Cuerpo de la Iglesia Católica Romana.

Vi, al comienzo de su gestión, una determinación por combatir los males de la Corrupción y el Clientelismo, que campean impávidos en el campo de la Administración Pública en todas sus vertientes. Me alegró que sus convicciones religiosas, fueran motor de sus determinaciones como coto a estos males que tanto daño han causado a nuestra nación.

Fue con ese panorama que analicé la situación por primera vez. Llegué a afirmar que Colombia criticaba la Coherencia de Vida con la que el Señor Procurador ejercía su función pública, y pensé en que ahora los creyentes éramos las víctimas de una segregación espuria e inmerecida.

No obstante lo anterior, veo con tristeza que las circunstancias han cambiado ostensiblemente. El recio, serio y vehemente procurador[2], ha defraudado sus convicciones en busca de su reelección (Al parece no aprendemos de nuestros errores, ni siquiera los más recientes). Por esta causa ha claudicado a los vicios del clientelismo, se ha unido al odioso grupo de los marrulleros y politiqueros (Si no es que siempre lo había sido), buscando beneficiar, directa o indirectamente a aquellas personas que inciden en su postulación en la Terna, que por ahora es una Terna de Uno, y en aquellos que toman la decisión de su nominación como su propio sucesor.

¿Habrá que recordarle al Señor Procurador que el “Fin no justifica los medios”, como lo afirma categóricamente el Catecismo de Nuestra Iglesia?

¿Habrá que enviarle una copia de la Epístola de Santiago, en la que él apóstol nos recuerda que de nada sirve nuestra Fe sin obras?, ¿De qué sirve creer, si aún así actuamos mal, Señor Procurador?, ¿Tan pronto olvidó la segunda lectura de la Santa Misa de ayer (16/09/2012)?

Es por estas razones, que le digo, como diría el mismo Cristo, “Al César lo que es del César”, usted, Dr. Ordóñez, no tiene la altura moral mínima necesaria, para ser reelegido, ni siquiera la suficiente para seguir ostentando su calidad de Procurador General de la Nación. Así que por la Integridad de nuestra Fe, por el bien de la Nación y por ofrecer un mínimo de decencia le pido que decline la nueva Postulación y renuncia a su actual dignidad.


[1] Para mayor información ver “Hermandad Sacerdotal San Pío X” o “Lefvrianos”: http://es.wikipedia.org/wiki/Hermandad_Sacerdotal_San_Pío_X y artículos relacionados.
[2] De su faceta como Magistrado, por carecer de notoriedad pública no tengo mayor conocimiento, ni recuerdo haber estudiando durante mi época de pregrado, jurisprudencia alguna de su pluma. 

viernes, 22 de junio de 2012

Decálogo del Abogado


Les quiero recordar a través de este mensaje los 10 mandamientos de nuestra hermosa profesión

1°.—ESTUDIA.—El derecho se trasforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.

2°.—PIENSA.—El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

3°.—TRABAJA.—La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.

4°.—LUCHA.—Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.

5°.—SE LEAL.—Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con e! juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.

6°.—TOLERA.—Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.

7°.—TEN PACIENCIA.—El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

8°.—TEN FE.—Ten fe en el derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destine normal del derecho; en la paz, como sustitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho ni justicia ni paz.

9°.—OLVIDA.—La abogacía es una lucha de pasiones. Si cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

10°.—AMA A TU PROFESIÓN.—Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.
¡Feliz día del Abogado!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Paz en la Tierra


Con motivo del próximo cincuenta aniversario de la Encíclica Pacem in Terris de SS Juan XXIII, estuve leyendo el documento, que me ha dejado gratamente sorprendido por su claridad, exigencia y actualidad. Extracto un numeral que debería estar tatuado en el Alma del mundo, y dejo a sus disposición el texto completo. Paz en la Tierra.    

(...)

 9. En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre es persona, esto es, naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedrío, y que, por tanto, el hombre tiene por sí mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto.

(...)

SS. Juan XXIII

lunes, 14 de mayo de 2012

Paz y Justicia, Quimera Rapaz

Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate - @elmiquitojpg


Nuevamente, manoseada por los politiqueros oportunistas que vieron el boquete abierto para garantizarse la impunidad, la que intentó ser una respuesta para efectivizar el Derecho Fundamental al acceso a la justicia para que ésta dejara por fin de ser exclusivamente para los de ruana, claudicó frente a la avalancha de sátrapas que tienen el alto honor de aprobarla.

Hemos renunciado, por voluntad del sabio (¿?) legislador, una vez más a construir una herramienta efectiva para la paz. Porque el acceso a la justicia pronta, eficaz y justa es un prerrequisito para construir una paz verdadera y perdurable. Pues en otras condiciones, como las que reinan hoy en día, la justicia no es garantía de que los ciudadanos, con válidos motivos, no tomen la resolución de los conflictos en sus propias manos, dejándonos inmersos en un círculo vicioso de negación de justica, que nos condenará a la guerra fraticida por los siglos de los siglos, aunque de corazón espero estar equivocado.

O acaso no fue esta la promesa que nos hicieron cuando se radicó en el Congreso este proyecto de reforma a la Constitución, que sería casi el trigésimo, pero que terminó en la triste imagen de la cúpula de la justicia arrodillada frente a un omnipotente gobierno, que hace su voluntad en un congreso de avivatos y oportunistas, convenencieros que vieron en la supuesta reforma la mejor oportunidad de atornillarse a los puestos a los que accedieron en gracia de macabras asociaciones con los peores criminales de los que tiene noticia la historia reciente de nuestro país.

De los mecanismos para la descongestión de los despachos judiciales poco se habló, y el debate se centró en cómo beneficiar a aquellos que hasta entonces habían sido digna y altiva piedra en el zapato de una reforma que no incidía de fondo en el  quid del problema, que no solucionaba la crisis que tiene taponadas las vías institucionales de arreglo, y que serían el mejor caldo de cultivo de una gran revolución ciudadana, si es que en Colombia existiera Sociedad Civil.

Lo que hemos visto y oído nos muestra unos operadores de justicia que, en beneficio propio, renunciaron a combatir con el Caballo de Troya de un proyecto en el que incluso se insinuó la posibilidad de que Álvaro Uribe, el mayor reformador de la Constitución de esta Patria, volviera al Poder, cual mesías resurrecto, para que salvara, ahora sí, al país, de la debacle en la que su designado sucesor lo había sumido. Porque en este caso triunfó la avaricia de perpetuarse en sus puestos y beneficiarse de carambola con la reforma, sobre el interés de toda una nación que ha esperado por décadas una justicia en la que la impunidad no sea la reina todopoderosa.  

Ya veremos qué frutos da el pretendido esperpento, más allá de espurios beneficios a los actuales titulares de los cargos que pretenden modificarse y de garantías inmerecidas en el juzgamiento a los Padres de la Patria, que han llegado a serlo, con el apoyo de aquellos que han ultrajado a la nación.


Nos quedan debiendo el Gobierno, el Congreso y los Directivos de la Justicia, una reforma que de verdad impacte en la gente que ve perder la esperanza de una nación viable en el mediano plazo, anestesiada como permanece, con el sedante de lo espectacular.


lunes, 30 de abril de 2012

El Principito Maquiavélico



"Nos conviene por tanto, según mi parecer, si queremos que se nos perdonen los anteriores desmanes, cometer otros nuevos, redoblando los daños y multiplicando los incendios y los saqueos, y apañándonos para tener muchos cómplices, porque, cuando son muchos los que pecan, a nadie se castiga; y a las faltas pequeñas se les impone una sanción, mientras que a las grandes y graves se les da premios. Por otra parte, cuando son muchos los que padecen atropellos, son pocos los que tratan de vengarse, porque los daños que afectan a todos se soportan con más paciencia que los particulares."
Nicolás Maquiavelo

jueves, 26 de abril de 2012

Padre Nuestro que estás en la tierra


Padre Nuestro que estás en la tierra,
desvelado por nuestros desvelos,
hoy tu nombre nos sabe a Justicia,
nos sabe a Esperanza y Gloria a tu Reino.

Padre Nuestro que estás en la calle,
entre el tráfico, el ruido y los nervios,
que se cumpla, Señor, tu Palabra,
lo mismo en la Tierra que arriba en el Cielo.

PADRE NUESTRO, PADRE NUESTRO,
NO ERES UN DIOS QUE TE QUEDAS
ALEGREMENTE EN TU CIELO.
TÚ ALIENTAS A LOS QUE LUCHAN
PARA QUE LLEGUE TU REINO.

Padre Nuestro que sudas a diario
en la piel del que arranca el sustento,
que a ninguno nos falte el trabajo,
que el pan es más pan
cuando ha habido esfuerzo.

Padre Nuestro, que no guardas nunca,
contra nadie, venganza o desprecio,
que te olvidas de ofensas y agravios
y pides que todos también perdonemos.

Amén

Esta es una oración que conocí hace dos años y de la cual me acordé hoy, difiere de la que el mismo Jesús nos enseñó, pero no se contrapone con ella, porque es un modo de ratificar lo que Él mismo nos enseñó: Dios es Amor, tanto que nos donó a su hijo único para la remisión de nuestros pecados.