Un puente al Futuro I: 100 años de la Constitución de 1886 y crisis de las instituciones
Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate - @elmiquitojpg
En 1986 Virgilio Barco presidió las celebraciones de los 100 años de la Constitución de Rafael Núñez, vigente desde 1886, desde esa época ya se venía hablando de la necesidad de modificarla, esto se había intentado por medio de dos reformas que presentó el gobierno del presidente Barco, pero que no prosperaron debido a que se propuso convocar a un "Referendo extraordinario por la paz y la democracia", durante el trámite de la reforma constitucional proyectada para el 21 de enero de 1990 para consolidar los acuerdos de paz con la guerrilla del Movimiento 19 de abril (M-19), perodebido a la presión violenta del narcotráfico, se quiso aprovechar la consulta con el pueblo para que se pronunciara también sobre la extradición, lo que causó que el gobierno desistiera de la totalidad del proyecto.
De origen Conservador, la Constitución de 1886 ya había sufrido sucesivas reformas que habían matizado esa orientación. Las Reformas Liberales dieron el voto a las mujeres, disminuyeron la mayoría de edad, y dieron paso a la elección popular de Gobernadores y Alcaldes, aunque también consolidaron el Frente Nacional.
¿Pero qué pasaba desde aquella época que varias fuerzas del país solicitaban una gran reforma?, pues estamos de acuerdo en que cuando las cosas van bien no hay que hacer cambios sino ajustes para que vayan mejor, el contexto de estas solicitudes está demarcado por una parte oscura de nuestra historia reciente.
Era el reino del siniestro Pablo Escobar, el mayor delincuente de nuestro país y uno de los peores del mundo. Su inmenso poder, basado en los escandalosos ingresos que tenía fruto del Narco-Tráfico, le permitió declarar una guerra sin cuartel contra el Estado Colombiano que tambaleó frente a su estrategia de corrupción y terror.
Las fuerzas vivas de Colombia afirmaban que la Constitución de 1886 no brindaba las herramientas que un país tan convulsionado necesitaba para afrontar esos grandes retos, la Reforma era imperativa para salir de ese caos en el que estábamos sumidos.
Las elecciones presidenciales de 1990 fueron, sin dudas, las más sangrientas de las que tenemos noticia. En el curso de la campaña sucumbieron a manos de la delincuencia Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Luis Carlos Galán y Carlos Pizarro, cuatro de los aspirantes a la Presidencia y junto a ellos centenares de ciudadanos víctimas de desquiciados actos de terrorismo.
César Gaviria Trujillo recibió las banderas de Luis Carlos Galán, quien era el favorito en todas las encuestas, entregadas por su hijo durante el sepelio y arrasó con un 48 % de los votos frente a sus tres contrincantes. Una de las propuestas de su campaña era la de la convocatoria a una Asamblea Constitucional, que buscara una reforma profunda de la Constitución y a sus instituciones.
Varios estamentos de la sociedad civil, en especial jóvenes estudiantes de la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Rosario y del Externado de Colombia empezaron a promover un movimiento que le diera viabilidad jurídica a una citación a una Asamblea Constitucional, que se enfrentaba con la dificultad que representaba el procedimiento contenido en la misma Constitución del 86 para su reforma.
Así nació el Movimiento de la Séptima Papeleta, que será el tema de la próxima entrada.
Nota del Redactor: Esta entrada hace parte de un grupo de nueve ensayos breves conmemorativos de los 20 años de la Constitución Política de Colombia, difundidos a través de la Emisora Cultural Caldas FM, de la Gobernación de ese Departamento.
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