Por: Juan Pablo Gutiérrez Alzate -
@elmiquitojpg
Con terror asistimos a la terrible jornada de odio
fundamentalista que segó la vida de 14 personas, 12 de ellas colaboradoras del
Semanario “Charlie” de París y dos policías, uno de ellos de origen musulmán.
Al día siguiente, otra escena terrorífica: Un
Estado Soberano, persiguiendo a los presuntos responsables, y dándoles de baja
sin fórmula de juicio, sin Derecho a la Defensa, sin Apelación de ninguna
clase.
¿Lo merecían? Si estuviéramos en la época de la Ley
del Talión definitivamente SÍ. Pero hace años, supuestamente, la superamos y
estamos en la época del Estado de Derecho, del respeto por los Derechos
Fundamentales, de la Dignidad Humana como criterio orientador del Ius Puniendi, de la aplicación
institucional de dolor.
Nada de eso ocurrió, no se los trató como Seres
Humanos, se transformaron en presas a cazar, en ratas inmundas que debían ser
exterminadas, y se perdió la oportunidad de llevarlos a Juicio, en el que con las
garantías procesales correspondientes, la Sociedad representada en sus Jueces,
reprochara definitivamente su actuar irracional, absurdo, contario a la Fe que
dicen tener, y por el contrario, los
transformaron en Mártires de la Yihad.
Error.
“#JeSuisCharlie!” fue el grito encendido que
prendió el mundo en pocas horas. Millones nos sumamos a las manifestaciones de
repudio frente a éste acto barbárico, atroz, irracional, y comenzó un
movimiento mundial por la Libertad de Expresión.
#JeSuisCharlie #JeSuisCharlie #JeSuisCharlie
Moi aussie,
yo también soy Charlie, la revista que atiza el odio y ofende, que blasfema y
hiere el sentimiento de los creyentes, que con un humor facilista, casi
coprológico, busca hacer reír a costas de la honra de los otros.
La Vida es Sagrada, y no existe excusa alguna,
particularmente de origen religioso, para acabar con ella, porque como bien lo
decía el ateo José Saramago “Quien mata en nombre de Dios, convierte a éste en
un asesino”. Sin embargo, la amenaza que se evidenció no fue la de un ataque aleve
a la Vida, por el contrario, lo que salió a reclamar el mundo fue el soberanos
Derecho a informar, a opinar, a ofender. Al parecer, esa es la Piedra Angular
de la Democracia moderna.
Tres millones de ejemplares circularon ayer, 14 de
Enero, de una nueva edición del semanario. La Libertad de Expresión intacta,
que según vimos es el valor fundamental de esta sociedad en la que todos los
días se hace más palpable la frase clarividente de Mark Twain “Si no lees el
periódico, serás un desinformado; si lees el periódico, serás un mal informado”.
Y salió el Profeta Muhammad (مُحَمِّد),
el hombre deificado por nuestros hermanos musulmanes, también diciendo que Él
es Charlie, y que todo estaba perdonado.
¿Perdonado por quién y por qué?, ¿Quién
pidió ese perdón?, ¿Quién lo dio?
Y sobre todo, ¿En qué consistió? ¿En una muerte a
manos de un Estado que aplica la "justicia" del Ojo por Ojo?
¡Mejor, qué el Señor nos perdone por destruir su máxima
creación, por nuestra indolencia con los que sufren, por el que muere, abatido por
las balas mercenarias de quienes han hecho de Dios una excusa ideológica, o
dado de baja por las armas legítimas del Estado, o por los que a diario, parten
de esta tierra con el único recuerdo del olvido de sus congéneres!
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